Podría llenar esta entrada del bloc de tópicos sobre despedidas o de tópicos sobre cierres de etapa, pero no será así.
Seré claro, aunque soy dado a rodear antes que a encarar, a dar cien vueltas antes de aparcar o a poner en una balanza de diferentes posibilidades antes de optar, lo que sí que quiero dejar escrito es que la decisión no ha estado tomada en un arrebato sino largamente pensada.
Y aunque soy pariente de la indecisión y me ha costado un debate interno con uno mismo he decidido que esta sea la última entrada en un tiempo largo en este bloc.
Un adiós con sabor dulce de haber dedicado horas, unas horas que me han servido para crecer como persona y como educador, me han servido para conocer a gente, para leer críticas y alguna que otra alabanza, pero que como finalidad última han ayudado y de qué manera a ser un fiel creyente de la formación continua.
Un adiós con sabor amargo, aún pienso que me quedan cosas por decir, aún pienso que la mejor entrada está aún por escribir, aún tengo el pleno convencimiento que escribiendo se ordenan las ideas, fluyen los pensamientos y las motivaciones.
¿Y por qué cerrar el libro si aún quedan capítulos? ¿Por qué dejar la serie a medio rodar? podría desmenuzar a pedacitos los posibles motivos, pero sencillamente me quedo con el principal y el más banal, el que muchos me achacaban cuando yo les preguntaba por qué no tener un bloc personal:
EL TIEMPO.
Si, este fantástico personaje de 24 horas que se divide en fantásticos hijos y hijas: Las prioridades, y cuando uno empieza a tener más volumen de trabajo, más pocas horas para invertir en la familia y en vivir, ha de optar por escoger, y en te caso la opción ha estado clara. Y el bloc ha pasado de ser una prioridad lúdica a una carga difícil de asumir.
No he sido muy original en mi razón para dejar de escribir, quizás hubiera sido más “vendible” argumentar que alguien me hubiera sugerido mi silencio por no incomodar a alguien, quizás el haber recibido ciertas coacciones, el haberme comentado que no gustaban mis escritos... o puestos a imaginar, el hecho de que hubiera recibido ofertas de otros blogs más importantes etc etc. Pero verdaderamente a la hora de escoger en qué invertir el tiempo libre el bloc ha perdido la batalla.
Batalla que en su momento perdió el fútbol sala, momentos en la vida que toca escoger en qué invertir las 24 horas, o las horas libres del fin de semana, momentos en que te asaltan dudas, melancolía y tristeza por cerrar unas puertas que cuesta resignarte que quizás ya nunca se abrirán. Actualmente mi apuesta sigue por poder montar en bicicleta en esos tiempos libres de fin de semana, me llena físicamente, emocionalmente y psicológicamente.
A ti lector desconocido virtual que me lees a través del Facebook, el twitter o demás redes sociales, gracias por pasarte por este espacio, por dedicar unos minutos a leer sobre educación. A ti amigo, compañero de carne y hueso, gracias por tu crítica constructiva o tu lectura silenciosa, sé que detrás de cada escrito y aunque nunca hemos hablado de ello o si, estás allí.
Desconozco porqué no soy amo de mi futuro si esto es un punto y final o un punto y seguido. Seguiré escribiendo en twitter, seguiré compartiendo reflexiones virtuales y seguiremos viéndonos por las redes.
Como decía un admirado maestro: Ánimo y adelante!