Las críticas

BY joan No comments

Estaba a punto de cumplir los 16 años , eran otros tiempos, y el muchacho aún no había salido prácticamente del huevo. Serían las cinco de la tarde de un sábado del mes de abril, en un campo de fútbol de la periferia de la ciudad, su posición en el campo era de portero. Detrás de él se situaron aficionados del equipo local que durante todo el partido lo más bonito que le dijeron era que su madre se dedicaba a ejercer el oficio más antiguo del mundo. Ese día encajó cinco goles y se pasó la noche llorando. 
Unos años más tarde, para poder costearse algunas aficiones, los sábados por la mañana se dedicaba a hacer de árbitro, no pasaba una jornada que llegaba a casa con un listado inacabable de insultos proferidos a su familia y a él mismo. Ya no se pasaba la noche llorando, en el momento le afectaba si, incluso en algunos partidos llegó a pararlos, o llegó incluso a dejarse influenciar por el ambiente, pero empezaba a calibrar que los ataques hacia su persona no eran fruto de su inoperancia como portero o como árbitro, sino consecuencia de una subjetividad de opiniones muchas veces poco consistente.  


Ese joven, dejó de ser portero, arrincono el silbato y ya no es tan joven y resulta que desde hace 20 años ejerce de maestro lo mejor que puede, sabe o le dejan. 

Y en estos veinte años he aprendido que la crítica forma parte de la vida de cualquier persona, o de cualquier profesión, y que la tarea de maestro está totalmente expuesta a la crítica, pero si algo tiene la experiencia de tener 43 años, si algo tiene el paso de los años, es que cada vez más, uno aprende a que las críticas mal fundadas no le afecten en exceso, pero estén con una base de razón o no, mal nos pese, y por mucha experiencia acomulada que uno tenga,acaban por minar el estado emocional:
  •  Esa crítica de una familia por las notas “injustas de su hijo/a, esa crítica de esa familia por castigar también “injustamente” a su hijo/a y no al otro/a que a todas luces según ellos ha sido el responsable. 
  • Esa crítica de un compañero por ocupar esa sala sin avisar, por hacer esa actividad sin contar con él, por no reprender a unos alumnos que según él no han cumplido con su obligación. 
  • Esa crítica del director/a por no informar de esa salida, por hacer algún proyecto sin antes pasar por su revisión…. 
  • Pero de todas las críticas que uno cree que puede recibir injustificadamente hay una que hace mas daño moral que las demás: La crítica de un alumno o alumno porque según él/ella no has estado justo. No le has tratado igual que sus compañeros, no le has prestado atención cuando él la ha reclamado, no has valorado con justicia un trabajo o una tarea que él ha hecho con todo su esfuerzo. Esa crítica duele porque tenga razón o no, está en juego su estabilidad emocional de niño y cuesta mucho abstraerse de esa crítica, por mucha experiencia que tengas, ya que cambiar la percepción de un niño es complicado. 

Después de 20 años, la críticas injustas evidentemente aún me afectan, me afectan en diferente grado pero siguen haciendo mella en el quehacer del día a día, me llevan a interrogar sobre mi vocación, a veces dejan tocada mi autoestima y me acompañan fuera de la escuela más de lo que me gustaría.

Y si esa crítica viene de alguien al que tu aprecias aún duele más, y si hay alguien dentro del sistema educativo que hay que apreciar ese es el alumno/a que entra cada día por la puerta de la clase.

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