las notas

BY joan No comments

Resulta curioso , que si hacemos una búsqueda en google de “las notas” , en la sección búsquedas relacionadas, la única referencia al concepto notas en el ámbito educativo (puesto que las demás son del campo musical) hace referencia a cómo falsificarlas… empezamos bien a ver si será que el monstruo de las búsquedas no encuentra relevante el tema… 

Si eres uno de los docentes que estás trabajando en esto tan apasionante de la educación, a buen seguro que estás inmerso en la gran tarea de “poner notas” evaluar, corregir, gastar bolígrafo rojo, hacer ir de bólido a la fotocopiadora o impresora, te estarás peleando para conseguir ocupar alguno de los “muchos” ordenadores del centro para poder pasar las notas”, te estarás llevando tarea a casa (bueno, quizás ahora un poco más, pero seguro que lo has estado haciendo todo el año)... es decir estarás viendo ya en el horizonte la imagen cada vez más nítida del fin del curso, con la alegría que esto supone y también estarás viviendo con cierto estrés cómo encajar el volumen de trabajo con las 24 horas que tiene un día. 

Y es que la evaluación ahora que llega el final de curso vuelve a ser el caballo de batalla de toda reflexión docente: ¿Para quien es necesario evaluar? ¿Para justificar el trabajo del docente? ¿Para dar una información a la familia? ¿Para recompensar o castigar al alumno/a?...

 En primaria hay algunas voces críticas que argumentan que se tendrían que eliminar las notas, que la evaluación tal y como está, no aporta nada significativo ni al docente, ni a la familia ni al alumno (el orden de importancia es aleatorio). No voy a poner en tela de juicio la importancia de evaluar, de saber en qué momento del aprendizaje se encuentra el alumno. Considero de suma importancia compartir con la familia: Habilidades. Competencias. Destrezas.. Herramientas. Comportamientos. Emociones…. Tiene adquiridas su hijo o hija para enfrentarse con garantías a la vida presente y a la futura. 

 Pero lo que sí cuestiono, lo que si pongo en seria duda es que si nuestro sistema de evaluación pone de manifiesto o da respuesta a los ítems anteriormente expuestos: ¿Un bien en sociales qué significa? ¿Un suficiente en música que comporta?... no encuentro respuesta, reducimos toda la tarea escolar a una “nota” a un número o a una palabra.
 La información que llega a las familias en muchos casos no plasma lo que auténticamente debería ser valorado en la escuela. No puede ser que apuremos las últimas semanas del curso para hacer exámenes finales, para correr a acabar el libro de texto, no encuentro sentido que las calculadoras saquen humo para sacar la media aritmética y que todo se reduzca a un 4’9 o a un 5’1. 


Con las competencias parecía que esto se superaba, evaluar por competencias supone dar un paso más, supone ser capaces de buscar que el propio alumno se autoevalue, supone buscar herramientas más allá del examen o de la simple nota númerica, supone dar importancia a las rúbricas… y digo supone porque seamos honestos, en la mayoría de los casos seguimos anclados en una evaluación donde el suficiente o el cinco tienen su podium de importancia. Hemos incluido  nuevas herramientas en las aulas, ponemos las notas en un programa donde nos genera el informe... pero aún tenemos incorporado en nuestro cerebro, los mismos mecanismos a la hora de evaluar a un alumno: Notas, trabajos y se porta bien… 
Estaría bien que ahora que la innovación está en boca de todos, estaría bien ahora que algunas escuelas están dándose cuenta de que algo hay que cambiar en el engranaje educativo, que empezáramos con una reflexión seria de qué, cómo y por qué queremos evaluar a nuestros alumnos. 

 Pero de mientras, este fin de semana llevo en la cartera un montón de exámenes y trabajos por corregir, un par de bolis rojos y mucha mucha ilusión...

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