PRIMER DÍA

BY joan 1 comment

      Me cuesta aceptar o entender según qué tipo de personas: sobretodo aquellas que se llenan la boca o llenan páginas de reflexiones o libros sobre lo que se habría de hacer, sobre cómo se tendría que actuar, o sobre cómo se tendría que educar y después a la práctica, cuando hay que demostrar con hechos que eso que han escrito se hace, pues no se les ve o no se les oye.

      Si eres de los que has ido siguiendo la trayectoria de este blog, te habrás dado cuenta de que hay una expresión que se repite en diferentes entradas; hay un conjunto de palabras que personalmente las he dado mucha importancia a la hora de hablar del rol del profesorado del siglo XXI: Esa expresión que he utilizado habitualmente es: Salir de la Zona de confort. 
     Esta expresión que queda muy bien decirla, la atribuyo principalmente a atreverse a dejar de hacer lo que se ha hecho durante años, a dejar la comodidad de lo que se domina para lanzarse hacia nuevos objetivos o retos, dejar atrás ese espacio de seguridad para dejar paso a la inseguridad, a la incerteza, al miedo e incluso abrir la puerta para que entre un posible fracaso. 
    Si se tiene tiempo, solo hace falta teclear en “Google” y un sinfín de páginas de autoayuda nos guiarán para conseguir hacerlo. 


     Pues bien, este nuevo curso ha llegado el momento de poner en práctica todo lo que uno ha escrito, ha poner encima de la mesa de las actuaciones todo lo leído o entendido. Este curso ha tocado de todas todas: salir de esta zona de confort educativa
      Mis últimos 15 años de docencia han estado marcados por el hecho de ser tutor: Primero en sexto de primaria y después quinto de primaria, cierto es que los alumno/as cambian, que las familias evolucionan su manera de relacionarse con la escuela, que cada año por naturaleza personal uno intenta renovar, experimentar nuevos objetivos etc etc, pero lo cierto es, que la palabra rutina llevaba instalada demasiado tiempo y el quehacer educativo y la monotonía de los cursos amenazaba con aposentar la desmotivación en mi tarea.
   Esta temporada, como ya escribí en la última entrada antes de las vacaciones, por diferentes circunstancias, “debuto” como jefe de estudios de mi centro. Después de dos semanas de podríamos decir pretemporada, ayer empezó la “competición” del día a día. 
Y dejadme que hoy, no os hable de mi nueva “zona", que no escriba sobre los retos que tengo en mente y mis miedos, si no que dedique unas breves líneas a lo que he dejado atrás. Por primera vez, en este corto plazo de tiempo que llevo en esta nueva ocupación, empecé a percibir que este salir de la zona de confort, lleva inmerso un dejar de hacer tareas que antes hacías, para ocuparte de hacer otras, pero también comporta dejar de sentir sentimientos que durante muchos años, sin quizás apreciarlos los ha ido sintiendo.
    Ayer, en especial, me sentí por un momento huérfano, me sentí sin casa, sin familia sin sentimiento de pertenencia a un lugar concreto. Me explico: En mi discurso (por decir de alguna manera) que año tras año hacía a mis alumnos de quinto (cabe decir que cada vez mucho más breve y mucho más visual) les intentaba transmitir que la clase era su casa, con la frase:  Bienvenidos a tu casa, la casa de todos (que proyectaba en la pizarra digital) intentaba transmitir la idea de que durante diez meses intentaríamos entre todos y yo el primero, hacer de esta clase un lugar donde ellos se sintieran a gusto, tanto en lo físico como en lo humano, procurar transmitir la idea de que como tutor podían contar conmigo para lo que quisieran… 
   Esto ayer no se produjo, cuando cerré la puerta del patio, despidiendo a las familias que nerviosas despedían a sus hijos/as, ya no dirigí mis pasos hacia la clase de quinto, por el pasillo camino al despacho no dejaba de oír las ilusionadas explicaciones de los maestros/as y sentí que mi rol en la escuela definitivamente ya no era el mismo. 
   Salir de la zona de confort implica muchas cosas, ayer puse en práctica una de ellas y una de la más gráficas: Salir de la clase, salir de tu mesa de profesor, y abarcar un espacio de responsabilidad mucho más amplio y también mucho más complejo:  La escuela 
 ¿Seremos capaces de responder a las expectativas?

1 comentario:

  1. Enhorabuena por tu nueva Zona de Confort.
    Creo que has hecho una gran reflexión, y te felicito por ella.
    Seguro que en tu nueva responsabilidad, vas a aportar muchísimo, así que felicidades y a por todas.
    Feliz día.
    www.rubenrosell.com

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