Viaje a la escuela del siglo XXI

BY joan 2 comments

         Considero  que una de las obligaciones de cualquier maestro debe ser actualizarse, al igual que las aplicaciones del móvil o los programas de ordenador. Una actualización que ya en pleno siglo XXI no pasa, como en algunos claustros aún perdura, en hacer un curso de formación presencial de treinta horas sobre un tema propuesto por alguien al que se acude sin ganas y sin motivaciones de futuro aprovechamiento. 
          Pienso que la formación de hoy consiste a mi entender en bucear por las redes sociales buscando experiencias de otros docentes, compartir recursos metodológicos, enterarse de acontecimientos ligados a la educación... Defiendo la idea de que hoy en día cualquier docente debería estar inmerso en las redes sociales para tejer conocimiento.   
         Formarse para crecer, escuchar para conocer, con estas sencillas premisas acudí ayer a la presentación en Barcelona del libro: Viaje a la escuela del siglo XXI de Alfredo Hernando en la Fundación telefónica.
         Quien no sepa de qué va el libro, aconsejo encarecidamente, que quizás no pierda tiempo leyendo este artículo y se lo se lo descargue gratuitamente en la web de la fundación telefónica y invierta tiempo en leerlo, saborearlo y sobretodo intentar aplicarlo.Vale mucho la pena.


       En la jornada de ayer constaté varias cosas independientemente del genial trabajo conseguido en libro y que dejo para el lector su lectura.  Humildemente me dentraré en lo que yo percibí en esa hora y media de presentación:
          
            En primer lugar el mensaje en positivo que quiso Alfredo transmitir a los presentes en la sala, dar a entender que hasta ahora la educación ha sido foco mediático por cosas negativas: fracaso escolar, pruebas Pisa, recortes, maestros desmotivados, pero que esto está cambiando y que hay muchas cosas positivas en la educación de nuestro país, que no hay que ir a Finlandia para buscar nuevas experiencias, innovadoras maneras de construir un proyecto pedagógico y que cada vez más esto va surgiendo. Me gustó este aire de optimismo que proclamó el autor, un aire que muchas veces encuentro que falta en muchos de nuestros claustros., una corriente de positivismo emergente que ha de entrar en ventanas y llenar las salas de profesores de algunas escuelas. 

         En segundo lugar, que la educación es algo global, algo que va más allá de cualquier idioma, cualquier nivel social, cualquier raza o religión, el hecho de aprender no conoce estos ítems , la innovación, el cambio en la forma de dar clases, no depende solo del nivel económico o de los recursos que posee la escuela, sino de los propios maestros, de su concepción de la educación, de sus metas, de sus motivaciones. Tres maestros motivados pueden hacer mucho bien en una escuela.

         En tercer lugar y ligado a esa motivación está la Pasión con la que Alfredo habló de su viaje, pasión con la que Ángel Serrano, director del colegio Padre Piquer explicaba el cambio surgido en una escuela de bajo nivel social y económico. Una pasión que contagia, una pasión que mueve, en definitiva una pasión necesaria en la educación. 
       
      También destscar la presencia de maestros en la sala, maestros procedentes de diferentes escuelas pero movidos por un solo impulso: el inconformismo, el querer rebelarse contra lo establecido en las escuelas, el inconformismo al darse cuenta día tras día de que algo hay que cambiar, el inconformismo contra el pasotismo, la desmotivación o la incredulidad. 

     Y finalmente y quizás lo más relevante: que todo esto es posible, el libro ofrece material suficiente como para poder empezar con pequeñas cosas, pequeños movimientos sísmicos que puedan derivarse en auténticos tsunamis a largo plazo. No hay soluciones utópicas, hay dinámicas reales de crecimiento. 

      Todos podemos ser protagonistas de este cambio, el mensaje de Alberto Hernando en este sentido fue claro y directo: Si ahora tuviera que hacer un segundo viaje seguro que incluiría otras escuelas” es decir ¿por qué no, dentro de algunos años (tres dijeron en la mesa, que son necesarios para que haya un cambio en una escuela) una de las escuelas protagonistas del libro puede ser la tuya o la mía?....


2 comentarios:

  1. Muy de acuerdo, Joan. Todos podemos (debemos, de hecho) ser protagonistas del cambio educativo y para ello debemos estar lo mejor preparados posible. Un placer leerte, como siempre.

    Abrazos!

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  2. Gràcies pel teu comentari Ramon, pendents de les canyes a Calafell :)

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